Organizaciones de cultivadores iniciaron una campaña para reclamar la urgente reglamentación de la ley que autoriza el uso del aceite y piden que se incluya el autocultivo.
“Hay una norma general, que es la Ley de Estupefacientes de 1989 que establece en el artículo 5 que el cultivo personal está prohibido salvo que haya una autorización, y una norma particular, que es la de cannabis medicinal, que está vinculada al pleno derecho de acceso a la salud”, señaló a Télam el constitucionalista y docente de la Universidad de Buenos Aires, Andrés Gil Domínguez.
La polémica surgió a partir de que un artículo de la nueva ley -aprobada el pasado 29 de marzo- establece la inscripción en un registro de pacientes y familiares y si bien no menciona el autocultivo, tampoco lo prohíbe.
En ese sentido, Gil Domíngez precisó que las dos normas, la de cannabis medicinal y la de estupefacientes, “son complementarias”, pero aclaró que la autorización al cultivo con fines medicinales “no surge de manera indubitable de la ley, (sino que) es una interpretación realizada en base a la Constitución Nacional y los tratados internacionales sobre Derechos Humanos”.
Para Gil Domínguez, con la nueva ley “vos te inscribís en el registro para que el Estado te provea el cannabis ya elaborado, y a su vez el registro también te permite que te autoricen al autocultivo de determinada cantidad para que lo produzcas y lo transformes en lo que vos necesitas”.
Por este motivo, la campaña que lanzaron las organizaciones y expertos hace hincapié en que el autocultivo medicinal “quede aclarado definitivamente en la reglamentación de la ley”.
Los reclamos
“Soy Carola, soy mamá de Abril que tiene Síndrome de Tourette y estoy aquí para pedirle a nuestro gobierno que reglamente la Ley de Cannabis Medicinal y que en el artículo 8 contemple el autocultivo porque necesitamos dejar de ser criminalizadas”, dice una integrante de Mamá Cultiva desde el living de su casa de Entre Ríos, y con su hija sentada en la falda.
El suyo es uno de los 20 videos caseros de la campaña que lanzaron en redes sociales con el hashtag #LeyDeCannabisMedicinalá#ReglamentaciónConAutocultivoYa.
Desde estas organizaciones temen que al momento de la reglamentación se produzca una marcha atrás, tal como ocurrió durante el debate en Diputados, cuando se borró del proyecto original la palabra autocultivo.
“El autocultivo está descripto, aunque solapado, en el artículo 8 que no tiene ningún otro sentido que el permitirlo y que no encaja de otro modo en la ley. En el momento en que se estaba debatiendo, los diputados del oficialismo vinieron a negociar con nosotros ese párrafo porque sabían que si no salía el autocultivo íbamos a decir que la ley era una porquería. Y se resolvió incluírlo así”, dijo Valeria Salech, fundadora de la organización Mamá Cultiva.
Cultivar en casa
Salech, quien empezó a cultivar para su hijo con autismo, explicó: “Somos personas que han resuelto el problema (del acceso al cannabis medicinal) dentro de nuestra casa, pero cada vez que pasa un patrullero sufrimos palpitaciones y nos transpiran las manos, y esto no puede seguir pasando, porque fuimos a golpear despachos del Congreso porque no queremos ir presos, se aprobó la ley y seguimos con el mismo miedo”.
Desde el Gobierno, voceros de quienes trabajan en la implementación de la ley señalaron que la reglamentación “se ha demorado más porque ha habido incansables reuniones que se hicieron extensísimas” y porque quienes están al frente de la tarea “están abiertos a una serie de planteos” por parte de los diferentes actores involucrados.
Esos voceros admitieron que “no hay una fecha de finalización porque están trabajando en el tema y sería irresponsable darla”.
En la reglamentación trabajan especialistas del ministerio de Salud junto a representantes de organizaciones, bajo la coordinación de la Secretaría Parlamentaria de la Jefatura de Gabinete.
Salech advirtió que mientras la norma no se reglamenta “siguen deteniendo gente” porque “no cambió nada”, excepto que ahora “se ha generado un aluvión de demanda sin habilitar el acceso” a los aceites y otros productos, “y esto permite que afloren personas inescrupulosas” que comercializan productos falsificados o de dudosa procedencia.
Para la activista, ni la importación ni la producción del Estado “soluciona el problema”, ya que “la planta de cannabis tiene muchas variedades y se importa una sola que le sirve a muy poca gente”.
Por su parte el presidente del Centro de Estudios de la Cultura Cannabica (Cecca), Luis Osler, advirtió que aunque la ley no incluye el autocultivo “lo habilitará la Justicia a través de los amparos”, porque el texto de la norma “claramente” lo legalizó.